VIVIR EN CASA SANA

VIVIR EN CASA SANA

El hogar es nuestro rincón sagrado, el refugio en el que buscamos la paz y la tranquilidad. Pero, el avance tecnológico, además de aportarnos bienestar, genera ciertos efectos secundarios en la salud. La Geobiología se encarga de descartarlos.
La Geobiología es una rama científica moderna que se encarga de estudiar la relación de os seres vivos con las energías y radiaciones naturales y artificiales que nos rodean. Su estudio aúna los conocimientos que diversas culturas de la antigüedad tenían sobre la existencia de energías en la tierra y el cosmos, con los descubrimientos efectuados durante las últimas décadas en torno a las radiaciones que emiten, por ejemplo las instalaciones eléctricas o electrodomésticos, como el televisor o ordenador.
La confluencia de diversas de estas energías citadas anteriormente junto a estos factores puede desencadenar trastornos de salud de diversa intensidad, que pueden ir desde el insomnio al agotamiento injustificado, pasando por estados de apatía o una predisposición especial a coger infecciones. Una vez detectadas esas fuentes energéticas mediante diversos sistemas, la geobiología aporta soluciones tan sencillas y eficaces como puede ser cambiar la cama de lugar o desplazar el televisor unos metros.


RADIOGRAFIA DE LAS ENERGIAS

El hombre antiguo conocía e la existencia de determinadas energías que emanaban de la tierra, detectables gracias a la especial sensibilidad de la que gozaba al vivir en contacto directo con la naturaleza y sin tanto estímulos como hoy en día. Esa sensibilidad, unida a la observación del entorno, principalmente del crecimiento de las plantas y árboles y del comportamiento de los animales, les permitían asentar sus claves. E alguna manera conocían el sistema circulatorio del planeta y sacaban el provecho de ello, mediante un conocimiento que se comenzó a recuperar con fuerza en los años cincuenta, cuando el doctor Ernst Hartmann, de la universidad alemana de heidenberg descubrió una red energética que cubría la superficie terrestre. Conocida dese entonces como “líneas Hartmann”, se trata de auténticas paredes invisibles de energía que corren paralelas en dirección norte/sur y este/oeste, con unos 20 cm de espesor y separaciones de 2 y 2,5 metros. Una autentica red de energía.

Según la asociación de estudios geobiológicos (GEA), las principales radiaciones que afectan a los seres humanos se pueden dividir en tres grandes grupos:

1.- campos eléctricos y radiaciones electromagnéticas.

     Pueden ser tanto de origen natural – radiación cósmica, solar, magnetismo terrestre, etc. – como artificial – líneas de alta tensión, transformadores, electrodomésticos. Estas últimas son los preocupantes, ya que afectan e sistema inmunológico llegando a ser causa de trastornos mutágenos. Además inducen estados de estrés, insomnio, jaquecas, depresiones.

2.- radiaciones cósmicas.

     Provienen del espacio interestelar, y se componen de ondas radioeléctricas, rayos x. microondas, rayos infrarrojos, luz visible, radiaciones ultravioletas, etc.

3.- radiaciones terrestres.

      Se trata e energías procedentes del subsuelo, como consecuencia de la descomposición de materiales radioactivos de la corteza terrestre, que emiten hacia la atmósfera radiaciones gamma, partículas radioactivas, radiación infrarroja, gas radón, etc., haciéndose más intensa en torno a fallas geológicas y venas de agua subterránea.

La coincidencia de varios factores, como que la vivienda esté construida sobre una falla geológica y una corriente de agua subterránea, o que nuestra vivienda soporto un tendido eléctrico de alta tensión, puede desencadenar problemas de salud.

Los materiales empleados en su construcción – en algunos casos radioactivos o demasiado aislantes – o la falta de ventilación y puntos en los que penetre la luz natural del sol empeoran el pronóstico.

¿Pero cómo podemos saber si vivimos en una casa sana?

Esta es la pregunta clave para responder a ella, los expertos invitan en primer lugar a examinar nuestro estado de bienestar. De esta manera se presta mucha atención al sueño y al descanso, ya que en vano pasemos una media hora de ocho horas diarias en la cama. Insomnio injustificado, cansancio matinal frecuente, sueño poco reparador acompañado de pesadillas, dolores al levantarnos que desaparecen a lo largo del día, son síntomas que nos pueden estar indicando que   nuestra cama puede estar situada sobre un cruce telúrico o cerca de perturbaciones eléctricas.
Así mismo la garantía de un hogar pasa por tener en cuenta otros aspectos, como el comportamiento de los animales domésticos, que en el caso de los perros suelen elegir los lugares más sanos, así como los siguientes factores:

Al margen de las ocasiones por los defectos de construcción, la presencia de muchas grietas en las paredes puede deberse a ventas de agua subterránea, fallas y otras anomalías telúricas.
La existencia de humedad en zonas concretas o en toda la casa puede indicar que esta a sido edificada sobre una capa freática.
Aunque su presencia puede ser provocada ´por defectos en la construcción, la geobiología ha observado que aparecen sobre venas subterráneas, desaparecen cuando estas se neutralizan.
La presencia de malos olores como resultado de la humead, el moho y la mala ventilación es un signo a tener en cuenta, que también puede estar provocado por el efecto ionizante de las corrientes telúricas sobre las partículas del aire.
El frío es frecuente en las zonas geopatógenas y debilita el sistema inmunitario.
Sensaciones de malestar, fatiga, vértigo, dificultad respiratoria o sofoco al entrar en una determinada habitación pueden indicarnos la existencia de una zona geopatógena que afecta nuestro cuerpo.

Entradas populares de este blog